Redacción - «Cuasi Neo Fang» es el título de la exposición temporal que puede visitarse desde el 17 de noviembre, en la galería etnográfica del Museo de Arte Africano Arellano Alonso de la Universidad de Valladolid, en el Palacio de Santa Cruz.
La muestra, comisariada por María Ortega Prada, parte de un estudio etnológico del investigador Ignacio Rojo de Retana, sobre las formas estéticas de los Fang de la antigua Guinea Española, hoy Guinea Ecuatorial.
El estudio se centró en una de sus manifestaciones culturales más conocidas de este pueblo, las máscaras tradicionales, muchas de ellas desaparecidas, que cumplían una función mágico-religiosa dentro de la comunidad. A principios del siglo XX, además, éstas máscaras Fang, se pusieron «de moda» entre los artistas de las vanguardias, que veían en ellas una ruptura con el arte burgués de la época, influyendo en su estética.
A partir del estudio de las piezas Fang, Ignacio Rojo de Retana, las reinterpreta y talla sus propias máscaras, firmando con el nombre artístico de AbS. Las piezas están realizadas sobre un soporte de madera, respetando al máximo posible las técnicas y materiales originales. Incluso ha utilizado herramientas creadas ex profeso y emplea pinturas naturales para darles color.
El investigador Ignacio Rojo de Retana y la curadora María Ortega Prada
Las pocas que han llegado a salvarse las vemos hoy como objetos etnográficos, pero su funcionalidad original era otra. Se trata de máscaras relacionadas, por ejemplo, con las cofradías Ngil (del gorila, en lengua fang), considerado un animal de gran poder sobre el bosque; y de otras cofradías, como las únicas que llevan cuernos, los Soo. El resto son de varias tipologías, como las del colmillo de marfil, según sus clasificaciones modernas, y nos recuerdan a esa parte del elefante muy presente en la cosmogonía de los Fang.
El uso de estas máscaras en esta cultura es variado, siendo común su empleo en los bailes rituales y en «apariciones» en los poblados, con la función de administrar justicia.
Desgraciadamente, éstas y otros objetos como las estatuas de los antepasados, los famosos Bieri, fueron destruidos de manera sistemática por la ignorancia y la superioridad religiosa, cultural y estética de los colonizadores.
El propio autor afirma que «La exposición brinda una mirada hacia este mundo casi destruido en el que históricamente tenemos una gran responsabilidad, mirada y reivindicación de la cultura Fang, de sus formas artísticas y de la propia Guinea Española con todas sus etnias y culturas. Una mano tendida hacia el único lugar de África Negra en el que se habla español y un grito por su permanencia en el imaginario de las generaciones verdaderas».
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