La propuesta de homenaje a esta emblemática figura convoca al artista argentino Rodrigo Díaz Ahl para que dé forma a una parte de esta historia afroargentina haciéndose eco también de lo que representa el Monumento al Renacimiento Africano, como una profundización de nuestros vínculos de historia común y compartida. El trabajo escultórico del artista se focaliza en los restos y en lo poco que ha quedado de los sueños de nuestra especie. Modelando compulsivamente rostros o cuerpos y paralelamente acumulando objetos, escombros, raíces, elementos que de cierta manera son testigos en un absoluto abandono. En sus obras se puede mirar directamente aquello que fuimos e irremediablemente seremos: polvo y escombro, sequedad infértil, puro pasado. Estos objetos, saturados de historia, esperan encontrarse con alguien para hablar, para entablar un diálogo silencioso sobre una parte de nuestra historia universal.
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