Las salas de la planta baja están dedicadas a producciones que exponen la relación entre arquitectura y botánica, con dibujos, collages e instalaciones. La obra “Espada de Iansã” se suma a otras obras que pretenden romper la separación entre el interior y el exterior, ocupando las diferentes estancias las plantas. Rosana llama la atención sobre la incisiva separación entre el ambiente doméstico y el jardín, resultado de una corriente de pensamiento europeo que apunta a la necesidad de domesticar la naturaleza.
Rosana Paulino
(Foto: Henk Nieman)
Las salas del segundo piso son parte de una discusión sobre la vida privada de las mujeres negras a lo largo de la historia. Obras como “Paraíso tropical”, “Ama de Leite” y “Das Avós” rescatan fotografías y símbolos de la historia afrobrasileña, reflexionando sobre el sometimiento de los cuerpos a las políticas de borramiento resultantes del modelo esclavista vivido por el Brasil colonial. Utilizando telas de gasa, cintas, lentes, recortes y otros objetos, Paulino propone preparar un ambiente de descanso para todas las mujeres negras víctimas de la historia brasileña, en particular Mônica, la nodriza fotografiada por Augusto Gomes Leal en 1860, una de las pocas que ha mantenido su nombre a lo largo de la historia.
“Esta es una oportunidad única de ver la obra de Rosana Paulino en diálogo directo con una colección clásica, proponiendo así una revisión histórica y epistemológica en la mirada del visitante (…). Rosana pretende que esta exposición tenga un carácter educativo muy fuerte, planteándose preguntas sobre cómo podemos repensar la producción contemporánea en diálogo con nuevas lecturas del mundo, ésta muy diferente a la que dejó Eva Klabin hace más de treinta años.
Comentarios
Publicar un comentario